domingo, 4 de noviembre de 2012

_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _, _ _ _ _ sin el pueblo


            Con permiso de mis lectores, quiero hacer una pequeña pausa en el hilo habitual del blog y, sin que sirva de precedente, escribir sobre un tema de actualidad que aunque no me ha tocado directamente, sí ha removido algo que no quiero dejar de compartir con vosotros.

Las reacciones institucionales a la tragedia del Madrid Arena son sólo un ejemplo más de la actitud de quienes nos gobiernan. Los comentarios realizados por algunos de los dirigentes madrileños y las noticias que se han publicado de las investigaciones en curso, me llevan a pensar que los ciudadanos somos tontos. O al menos nos tratan como tal.

Tras los recortes en servicios básicos, la amnistía fiscal, la subida de impuestos… ahora llega la aparente ausencia de culpa de los organizadores en dicha tragedia. Buscar a quienes lanzaron las bengalas como homicidas imprudentes y cubrir un tupido velo sobre el exceso de aforo, la falta de controles en los accesos, las deficiencias en las medidas de seguridad… es, cuanto menos, tratarnos como ganado. Afirmar que sus hijos asistieron al evento y que todo transcurrió con normalidad es hacer gala de una desvergüenza que sólo puede llenar de rencor a una sociedad herida. Negarse a asumir el mea culpa habla de unos dirigentes que miran por encima del hombro a quienes no somos como ellos.

Como ciudadana, necesito que la investigación llegue a buen término y los verdaderos responsables sean señalados y castigados. Como miembro de una sociedad que se caracteriza por su cinismo, supongo que todo quedará en nada. El hecho de que la noticia ya haya desaparecido de la portada de los medios de comunicación es un paso en esta dirección. No podemos dejar todo a la espera de que las injusticias lleguen a manos de algún juez valiente (y quizá hambriento de notoriedad) que aún se atreva a plantar cara al sistema. ¿Qué tal si todos los asistentes se personan como acusación?

            Las instituciones parecen habernos dejado a nuestra suerte, actuemos en consecuencia.

viernes, 19 de octubre de 2012

Supervivencia




            Como decía Ortega y Gasset, yo soy yo y mis circunstancias. Las circunstancias sacan lo mejor de nosotros, pero también lo peor. Esto es especialmente evidente en estos tiempos en los que el estrés, las preocupaciones y la carencia de momentos de distracción nos convierten en seres irascibles, impacientes y egoístas.

¿Por qué tenemos la tendencia a pensar que somos nosotros mismos en épocas de bonanza, mientras que en la tempestad es el ambiente el que marca nuestro (mal) carácter?
           
Sea como fuere, de vez en cuando es necesario tomarse un momento para desconectar, respirar y tomar impulso. Yo me lo tomo mañana, a partir de las nueve, por la zona de Goya...  

A pesar de que las circunstancias nos están llevando a muchos a sentirnos cerca de la derrota y del abatimiento, no hay que olvidar que esto es una carrera… ¡y voy a ganar!

martes, 16 de octubre de 2012

Hijos de un dios posmodernito



            Hoy quiero sacar a pasear mi condición humana  y puesto que no hay nada más inherente al hombre que opinar, e incluso dictar sentencia, sobre temas acerca de los cuales es totalmente ignorante, voy a escribir sobre la posibilidad teórica de los viajes en el tiempo. Para ello, presento a mis lectores mis credenciales sobre Física Teórica: soy ferviente seguidora de The Big Bang Theory. Queda demostrado que cuento con conocimientos sobrados para sentar cátedra.

domingo, 7 de octubre de 2012

Hogar, dulce hogar

Agradezco su colaboración a la modelo.


            Uno de los principios rectores de la Constitución de 1978 es el derecho a una vivienda digna. Para algunos, la dignidad de la morada queda supeditada a la categoría de persona a la que perteneces. Si ellos consideran que te encuentras en la condición de perro flauta, tu vivienda digna se reduce a una pequeña parcela de putrefacción en el infierno. (Aviso a navegantes, para esos algunos el linaje perroflautista engloba a todo aquél que osara concentrarse en las inmediaciones de Neptuno). En cambio, si eres gente de bien (los oyentes de Cristina López Schlichting y César Vidal saben a qué me refiero), la dignidad de tu vivienda pasa por mantener el servicio sin que tu nivel de vida se vea afectado.

            Sin embargo, y pese a quien le pese, hay una vivienda digna de la que todos sin excepción hemos disfrutado sin pagar hipoteca, ni alquiler, ni gastos. Durante el tiempo que habitamos esa rica morada, nos meamos por doquier (y no huele) y comemos siempre de gorra.  De hecho, nos alimentan tan bien que duplicamos 3.000 millones de veces nuestro tamaño en sólo nueve meses. Tras ese tiempo, nos echan a patadas, sufriendo el desahucio más traumático de nuestras vidas. No es de extrañar que después de la experiencia, tardemos un mes en recuperar la sonrisa…

domingo, 30 de septiembre de 2012

¿Naturaleza muerta?



                Cuando el hombre abandona sus posesiones, la Naturaleza las recupera.