jueves, 21 de febrero de 2013

Vidas sumergidas

Una sala llena de cajas de cartón esconde el drama de seis vidas compradas por sólo cuarenta euros al mes. El artista Santiago Sierra volvió invisibles en 2000 a seis exiliados chechenos refugiados en Berlín. Los asfixió en un espacio mínimo durante cuatro horas diarias seis días a la semana para reflexionar sobre su situación.

Los volvió invisibles, igual que hizo el Gobierno alemán cuando les ofreció refugio con la condición de que no buscaran trabajo. La amenaza que llevó a aceptar el trato fue que los refugiados serían devueltos a su Chechenia natal. El horrible destino que esperaba a los seis hombres en Alemania no era ni la mitad de temible que el que les esperaba en la república rusa.

El sistema económico y político que consideran su salvador, es a la vez el que los excluye y les impide llevar vidas al descubierto.

La bofetada de realidad que nos ofrecen éstas y otras obras son las que nos hacen abandonar la mirada inofensiva y admirativa con la que nos han enseñado a enfrentarnos al Arte en las tradicionales pinacotecas, para hacernos conscientes de otras circunstancias y acercarnos fantasmas de otros mundos. Hay quienes dicen que estas exposiciones no son Arte y las describen como panfletos propagandísticos y demagogos. El Arte es libre, las opiniones son libres, los gustos son libres y la manera de enfrentarse a las provocaciones y a los estímulos son libres.

Las reflexiones realizadas en esta entrada vienen inspiradas por la conferencia Miradas inofensivas que la profesora de la UNED Yayo Aznar pronunció el miércoles pasado dentro del seminario Pero… ¿esto es arte?. Las conferencias se van a suceder cada miércoles de los próximos meses en el CA2M de Móstoles. Si os interesa ahondar un poco más en las miradas del Arte, el equipo de Nuriosidades os anima a pasaros por allí. 

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