Por culpa de la
crisis hay personas que han perdido sus trabajos, sus casas, o
incluso su capacidad de mantener el servicio doméstico. En esta
entrada nos vamos a centrar en estos últimos, pobres, que se ven
incapaces de mantener su tren de vida.
- Cariño, no podemos
mantener el yate.
- ¿Qué van a decir
nuestros vecinos?
Amarre
sin pagar y barco sin atender, termina olvidado. Desconozco las
responsabilidades que adopta un propietario cuando adquiere un amarre
y las obligaciones de los ayuntamientos cuando ofrecen este servicio
a los vecinos, pero está claro que alguien debe asumir la labor de
asegurarse que estos (y todos) los servicios se ofrecen de la manera
menos dañina para el medio ambiente.
Imagen
tomada en el canal de Jávea (Alicante) el pasado mes de mayo.
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