Me reafirmo en la teoría de que las
situaciones extremas nos llevan a agudizar el ingenio y a multiplicar los
esfuerzos (véase “Del tumor imaginado a la vesche de Ludovico”).
Hace poco conocí la iniciativa
de un grupo de científicos gallegos que se recorrieron los bares de su región
para recaudar todos los posos de café que se cruzaban en sus caminos. No se
trataba de coleccionar colillas como antaño, sino de desarrollar un proyecto
que seguro será bien acogido entre los naturalistas y entre los nuevos pijos
postmodernistas que presumen ante sus amigos de su modo de vida respetuoso con
el medio ambiente y conducen todoterrenos. El brío de los obligados emprendedores
ha conseguido hacer crecer setas a partir de un compost orgánico generado a
base de los posos recogidos.
Según afirman las mentes
creativas, una de las preguntas que más realizan los potenciales micólogos
superficiales es si la cafeína del compost puede alterar la composición del
manjar. La respuesta es no: las setas metabolizan este componente y lo
transforman en proteína, por lo que el producto final es especialmente
nutritivo.
¿Os convence la iniciativa? Para
adquirir un set de autocultivo de setas es necesario realizar una aportación
económica al proyecto Mi Seta a través de la web de crowfunding Lánzanos. Seguro
que dentro de un tiempo encontramos estos kits en la zona Gourmet de El Corte
Inglés.
No hay comentarios:
Publicar un comentario